domingo, 4 de abril de 2010

Confianza

Es curioso, pero la gente que cree conocernos peca al creer comentarios de otras personas o al formarse una idea propia sobre lo que hacemos o somos.

Para empezar, un ser querido y cercano. Suele creer en lo que cualquier técnico/pirata de wilson le dice sobre cualquier cosa que compre, aunque pueda ser absurdo. En fin, a veces le sale bien, a veces mal y todos nos hacemos los locos para hacer como que no nos dimos cuenta de que él se hizo el loco. Igual son siempre anécdotas divertidas, pero lo que abajo escribo si es grave.

He tenido algunos amigos que me tildaron de traidor, malcriado de mierda, mal amigo y otros adjetivos, sin pararse a pensar si soy capaz de reunir las cualidades necesarias para merecer semejantes títulos. No me conocieron lo suficiente como para saber si en realidad soy así y yo no los conozco lo suficiente como para condenarles. Puedo aceptar que me tilden de lo que sea, siempre que se compruebe que he hecho lo que creen que he hecho, o si es que lo he dicho o escrito, que entiendan primero si eso es lo que quise decir, o que piensen un poco. Pero jamás aceptaré que los que supuestamente se hacen llamar amigos, que llevan un tiempo conociéndome, reaccionen de esa manera, por que otros les dijeron o porque creyeron que hice.

Todos tienen derecho a rayarse y al final si estoy en duda lo pregunto (o investigo, si quieren), no me lanzo a insultos y condenas, que luego la vergüenza es peor y el daño irreversible.

Esto también va para mi, que estoy seguro que mas de una vez habré cometido el mismo error y espero aprender de la experiencia.