Estos últimos días de las semana me han recordado que el mundo puede ser un lugar bastante injusto.
Ayer leí una nota sobre una periodista compatriota, Yolanda Vaccaro, de El Comercio, que en un evento llamado Madrid Fusión, fue maltratada física y verbalmente por unos periodistas españoles. La tildaron de "sudaca de mierda", la empujaron y fastidiaron. Para colmo de males, la administración del evento no hizo nada y un gastrónomo (Ignacio Merino) atinó a decirle "criolla de mierda", ese mismo sujeto viene a este país sudaca de vez en cuando. Supongo que vendrá con un potente jabón para sacarse la porquería sudaca que se le debe impregnar. Espero que nunca más vuelva a pisar este suelo.
No es la primera vez que escucho esto de los españoles. Lamentablemente nuestros compatriotas y hermanos sudamericanos han hecho poco por mejorar nuestra imagen, yendo a robar y a malvivir, pero eso no es razón para que gentes supuestamente "más civilizadas" que nosotros vayan a agredirnos. Recuerdo claramente el caso de una ecuatoriana que fue pateada por un español en un tren. De un peruano asesinado en una discoteca, una gitana muerta en una playa ante la impasividad de unos italianos, israelitas contra palestinos, los eternos problemas de los "afrodescendientes" (me lo acabo de inventar). Ni nos vayamos al pasado, digamos a la segunda guerra mundial.
Estos actos de intolerancia y xenofobia me indignan, mas que como sudamericano, como persona. No condeno a todos los españoles, sino a los ignorantes que creen que la solución a su problema es la violencia y la humillación. Tengo algunas amistades españolas y por lo poco que les conozco han demostrado que son buenísimas personas.
El viernes que salí con una amiga que trabaja en Europa me comentó algo mas: ella quizo estudiar en un plan de ayuda a la gente que quería seguir estudiando de manera gratuita, al parecer financiada. Lamentablemente le negaron seguir con sus estudios por que ella no era europea o británica. Imagino el drama que debió ser y la frustración que habrá vivido. Es muy injusto que a alguien que quiere progresar se le niegue por el hecho de ser diferente, es decir de otra nacionalidad. Lamentablemente la ley es la ley.
Viéndolo de un punto de vista mas alejado, es lógico que la ley proteja a su gente, porque si no todo el mundo aprovecharía y no se puede ayudar a todo el mundo. Lo triste en realidad es ver que mucha gente europea, por el apoyo de sus gobiernos, no quieren progresar. Regresando a España y no lo digo yo, he oido críticas de sus mismos compatriotas sobre el español holgazán que no quiere ser más. Lo mismo ocurre en otros países europeos. Es curioso, pero comprensible. Una profesora nos comentó que en Francia se apoya mucho al empleado que pierde su empleo, financiandoles por mucho tiempo su desempleo. Increíble, ¿no? Eso sería para nosotros un enorme alivio, pero no, nosotros tenemos que seguir luchado para tener una vida mejor. Es como una curva social, en la que la sociedad llega a un punto en la que está tan bien que se dedica al ocio y decae. Algo similar vi en un país sudamericano, que tuvo un buen momento.
Yo no vivo en el pasado, aunque me guste recordarlo, pero es curioso esa intolerancia de parte de un país que vino a robar y malvivir en el nuestro, en tiempos en que este país era un imperio, desde donde salió un recogedor y se quedó un carnicero. Es obvio que esas personas ya no existen, pero parece que algunos olvidan rápido. Nuestra patria es un resultado de la madre patria. La vaca olvida cuando fue ternera.
Este tema da para más, pero en resúmen, cuando sus países entren en crisis (como lo están ahora), ¿a quienes acudirán? yo no escupiría al cielo...
Pensamiento final: he postulado a unas becas en España. Por el momento tengo sentimientos encontrados sobre esto. Puedo ir y enfrentar la injusticia cual caballero andante, pero esto supondría mi clara anulación de la beca, comprometiendo mi futuro y mis proyectos en mi país, pero como se que no haré tal barbaridad, me sentiría muy infeliz de hacerme el loco mientras que alguien es pisoteado a mi lado. Espero que el tiempo me haga reflexionar mejor.
Qué mundo tan injusto.
domingo, 25 de enero de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)